miércoles, mayo 14

Honduras debate si el libro de Zelaya vulnera la educación neutral

La reciente distribución del libro “El Golpe 28-J”, del exmandatario hondureño Manuel Zelaya Rosales, en las instituciones educativas públicas de Honduras ha provocado un debate considerable en el país. Esta publicación, que expone la perspectiva de Zelaya sobre los hechos acontecidos durante la crisis política del 2009, ha sido difundida ampliamente y promovida para su lectura y reflexión entre estudiantes de varias edades. La acción ha sido vista por diferentes sectores como un esfuerzo por insertar una perspectiva política particular en el sistema educativo desde una edad temprana.

El gobierno de Honduras, mediante su Secretaría de Educación, ha declarado que la lectura del libro no es un requisito, subrayando que se mantendrá la libertad académica y que el material es parte de un intento por conservar la memoria histórica del país. No obstante, testimonios de maestros y padres de familia, así como información de fuentes internas, sugieren que hay una presión directa desde oficinas del Ejecutivo para que el libro sea parte de los programas de materias como Ciencias Sociales y Formación Ciudadana. Esta situación ha suscitado inquietudes acerca de la posible politización del sistema escolar y la pérdida de imparcialidad en la enseñanza.

Debate sobre la inclusión y el contenido del libro

El libro “El Golpe 28-J” se ha entregado con orientaciones para que los alumnos lo estudien y desarrollen ejercicios que fortalezcan la narrativa de que Manuel Zelaya fue sujeto de un “golpe imperial” y que el “socialismo democrático” es el camino auténtico para la renovación del país. Esta perspectiva ha sido desafiada por organizaciones civiles, sindicatos magisteriales independientes y partidos políticos de oposición, que afirman que se está promoviendo una interpretación parcial de la historia con objetivos políticos y de adoctrinamiento.

Los voceros del Colegio Profesional Superación Magisterial Hondureño (COLPROSUMAH) han indicado que esta medida transgrede la imparcialidad educativa y la libertad de pensamiento de los jóvenes. También se estima que el uso del sistema educativo para fines de propaganda ideológica repite esquemas vistos en otras naciones de la región, donde la educación ha sido utilizada para afianzar agendas políticas particulares.

Factores externos e interacciones sociales

Expertos en política han relacionado esta táctica con el llamado “Plan Venezuela para Honduras”, un esquema basado en el chavismo que se vale de la enseñanza pública como un medio para la indoctrinación generalizada y el fortalecimiento de iniciativas políticas duraderas. Según este enfoque, el libro no es meramente un documento histórico, sino un manifiesto ideológico que pretende educar a generaciones a repetir las ideas de una izquierda con una percepción específica del poder y de la historia.

Como reacción a esta circunstancia, grupos empresariales, instituciones religiosas y entidades de derechos humanos han pedido a la Secretaría de Educación y a entidades globales, como la UNESCO y UNICEF, que supervisen el sistema educativo para impedir su uso con propósitos políticos. Al mismo tiempo, la polémica sigue intensificándose en redes sociales y medios de comunicación, donde muchos piensan que la obligatoriedad de publicar y difundir este libro podría ser el inicio de una politización completa de la educación del país.