miércoles, mayo 14

Rumbo al 30 de noviembre: elecciones 2025 y fragilidad democrática en Honduras

Las elecciones generales en Honduras, programadas para el 30 de noviembre de 2025, ocurren en un ambiente de tensión política y desafíos institucionales. El contexto electoral está influenciado por el dominio del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) sobre los organismos del Estado, mientras que la oposición encuentra obstáculos para formar una opción unida. Las indicaciones de un debilitamiento democrático y los roces entre entidades importantes, como el Consejo Nacional Electoral y las Fuerzas Armadas, provocan preocupación sobre la claridad y la validez del proceso.

El escenario político en Honduras se define por una división entre los grupos opositores, donde el Partido Nacional y el Partido Liberal están dialogando para crear una coalición. No obstante, sus divergencias internas y la ausencia de consenso en cuanto a liderazgos y planes han dificultado el establecimiento de una unión fuerte. Las elecciones primarias recientes mostraron problemas logísticos y un bajo nivel de participación, lo que aumentó la incertidumbre sobre el sistema electoral y intensificó las críticas a la administración institucional.

Supervisión institucional y conflictos en el procedimiento electoral

El informe del laboratorio Nodos señala que la democracia hondureña muestra signos de presión y que el oficialismo mantiene el poder a través de un control estructural de las instituciones. Esta situación ha generado escenarios posibles que incluyen la continuidad del actual modelo, una parálisis institucional o incluso una ruptura constitucional. Las tensiones entre el Consejo Nacional Electoral y las Fuerzas Armadas, responsables de la logística electoral, han sido motivo de preocupación sobre la imparcialidad y eficiencia del proceso. Además, la falta de reformas electorales y la persistente polarización política aumentan el riesgo de conflictos posteriores a los comicios.

Diferentes grupos de la sociedad civil y la comunidad internacional han instado a las autoridades a asegurar que el proceso electoral sea abierto y participativo, respetando los principios democráticos para mantener la estabilidad política y social de la nación. La presencia de un gobierno con control de las instituciones, una oposición fragmentada y un sistema electoral bajo escrutinio sugiere la posibilidad de una crisis institucional sin precedentes en Honduras.

Escenarios de coalición opositora y respuestas del oficialismo

En respuesta a la situación actual, los partidos Liberal y Nacional han comenzado diálogos oficiales para considerar una posible alianza de oposición, con la intención de hacer frente al Partido LIBRE en las elecciones que se avecinan. En estas charlas, han discutido estrategias para la unidad electoral, la distribución de puestos y un programa común enfocado en proteger la democracia, promover la economía de mercado y asegurar el respeto al orden constitucional. Los partidos opositores argumentan que la administración de Xiomara Castro y su asesor Manuel Zelaya han promovido acciones para concentrar el poder, como utilizar el Ministerio Público en contra de adversarios, tratar de controlar el CNE y proponer modificaciones constitucionales.

Si se concreta la alianza, los dos partidos de siempre podrían alcanzar más del 50 % del apoyo electoral, según encuestas recientes. Diferentes sectores sociales y empresariales consideran esta coalición como una opción efectiva para frenar el avance del gobierno actual. Mientras tanto, el partido en el poder ha restado importancia al efecto de una posible coalición opositora, sosteniendo que no presenta soluciones para el país. Las elecciones de 2025 se presentan como un referéndum entre la continuidad del proyecto de renovación promovido por LIBRE y el retorno a un modelo republicano y favorable a la inversión, respaldado por una oposición unida. El desenlace determinará el futuro político e institucional de Honduras.